El pino de Galicia se beneficia del aumento de la demanda mundial de madera, con una subida de precios y de operadores interesados en su transformación.
Las coníferas gallegas se encarecieron alrededor de 5 euros /tonelada en la primera mitad del 2021, con perspectivas de que continúen las subidas de precio en el segundo semestre del año
Propietarios forestales e industria de la madera están ante la oportunidad de consolidar una mejora estructural para el pino, más allá de la situación coyuntural favorable.

La demanda de madera de coníferas es en los últimos meses muy superior a la oferta, lo que disparó los precios en los compradores mundiales. Se llegó al punto de que productos transformados ( tablas, vigas laminadas) de maderas como el abeto (Picea abies) o el ‘pino rojo’ (pino silvestre), procedentes de Centroeuropa y Escandinavia, duplicaron su precio en el comprado internacional desde finales del año pasado. Es un escenario que está repercutiendo también de manera positiva en el pino gallego destinado la sierra, pues en el primero semestre del año su precio subió en monte alrededor de 5 euros / tonelada, con perspectivas de que su aumento continúe en el segundo semestre del año.
La cuestión de fondo es que no hay suficiente oferta mundial de coníferas para abastecer a la demanda actual. Ese desabastecimiento viene motivado por diversos factores, como el aumento de las compras de madera por parte de China, el tirón de la construcción en Estados Unidos o el aumento de gastos en equipamientos para el hogar en Europa a raíz de la Covid, entre otros factores.
Los aumentos de la demanda están provocando fuertes tensiones en el comprador que tienen su repercusión en Galicia. En primer lugar porque las industrias gallegas de primera transformación de la madera están recibiendo mayor demanda para sus productos. En segundo lugar, porque las industrias de la madera del resto de España, de Portugal y de otros países procuran el pino gallego como un producto refugio, ante la escalada de precios de las tradicionales maderas de importación.
La demanda de pino de Galicia permitió consolidar aumentos de precio en toda la cadena de valor de la madera, desde el propietario forestal hasta la industria, que a su vez repercute en el comprador final ese encarecimiento.
Más allá de la situación coyuntural de altos precios y demanda para el pino de Galicia, la cadena de la madera está ante la oportunidad de consolidar mejoras estructurales. Para el propietario, el pino está recuperando los niveles de precios en monte anteriores a la crisis del 2008, lo que refuerza su atractivo y el interés en su silvicultura para obtener madera de calidad.
Para la industria, existe la posibilidad de avanzar en la transformación de las coníferas y de consolidar nuevos mercados en productos de calidad, como, entre otros, la madera laminada, la madera termotratada o el CLT (Cross Laminated Timber), empleado de manera estructural en la construcción. Los operadores del comprado buscan un suministro seguro, con maderas de cercanías y de calidad, parámetros que posicionan al pino de Galicia como una apuesta con gran futuro.
Acompañando ese proceso, la Fundación Arume ultima la puesta en marcha de la marca de garantía Pino de Galicia, que estandarizará la oferta de categorías de la madera de pino de Galicia y mejorará así su posicionamiento en el comprado. El apoyo a la silvicultura en monte, la mejora genética y la formación son los otros grandes ejes en los que trabaja la Fundación Arume.